Tener la posibilidad de experimentar en carne propia un sueño sobre alguna situación específica que aún no se haya desarrollado, representa uno de los temas más controversiales y discutidos del mundo de los sueños, ya que numerosas personas frecuentemente aseguran que en algún momento de sus vidas han sido testigos de situaciones tácitas que ya habían visto subconscientemente en el pasado a través de un sueño.
Estas polémicas aseveraciones, han impulsado en los últimos años a especialistas de todo el mundo a profundizar e investigar científicamente sobre el tema, llevándose a cabo diversos estudios en importantes universidades de Inglaterra, Japón, Escocia, Rusia y Suiza, donde los psicoanalistas han tratado de establecer la verdadera y real posibilidad de que el cerebro humano llegue a desarrollar en cualquier etapa de su vida, una percepción extrasensorial especial mediante la cual pueda recrear perfectamente situaciones del pasado, del presente, y hasta del mismo futuro.
A través del tiempo y desde la existencia de la humanidad, las figuras de los llamados profetas han estado presentes en nuestro mundo, iniciando con los míticos Moisés, Isaías y Elías descritos en las sagradas escrituras bíblicas, el famoso médico francés del siglo XVI Michel de Nôtre-Dame, conocido mundialmente como Nostradamus, quien dejo una colección de 942 cuartetas poéticas que según sus seguidores predicen eventos futuros que ocurrirán en el mundo, y muchos otros en distintas épocas como Jeane Dixon, Edgar Cayce y la supuesta profeta búlgara Bava Vanga, quienes aseguraban contar con poderes psíquicos capaces de visualizar el futuro.
¿Pero en realidad es posible predecir el futuro a través de sueños?
Entre los más importantes trabajos investigativos sobre la posibilidad de experimentar sueños proféticos, el Dr. Vladímir Kovalzon, investigador jefe del Instituto de Ecología y Evolución de la afamada Academia de Ciencias de Rusia, asegura que los sueños premonitorios no son más que un indicio de la acelerada evolución humana, en la cual el cerebro es estimulado por los numerosos acontecimientos mundiales que años tras año se presentan, como por ejemplo los desastres naturales, terremotos, tsunamis, inundaciones o frecuentes accidentes de gran magnitud donde fallecen gran cantidad de seres humanos, siendo estos impactantes acontecimientos, percibidos, guardados y procesados por nuestra mente, la cual es capaz de recrear situaciones, visualizando fechas, sitios o lugares donde podrían suscitarse utilizando el llamado fenómeno de la probabilidad, sueños que posteriormente son considerados por el soñante como ciertos al ocurrir algún tipo de situación parecida o semejante en lo más mínimo a la recreada en el sueño.
Otros importantes estudios como el llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Edimburgo, Escocia, revelan que los conocidos como sueños proféticos representan en realidad una señal percibida por nuestro cerebro ante alguna situación que nuestra mente analice como probable, como por ejemplo observar como la salud de algún familiar o amigo cercano se deteriora rápidamente ante la presencia de una severa enfermedad. Esta situación acciona a nivel subconsciente la posibilidad de soñar con la muerte de ese familiar, de modo que cuando este fallece, este sueño es considerado como profético.
Basados en la mayoría de estas importantes teorías y estudios científicos, se puede considerar un mínimo grado de posibilidad de que alguna persona cuente con la capacidad extrasensorial para experimentar sueños premonitorios o proféticos, estableciéndose claramente que los mismos son producto de la conexión directa de nuestro cerebro con situaciones expresas ya ocurridas o factores externos que nos estén ocasionando trastornos considerables del sueño tales como la utilización de somníferos demasiado fuertes, la alteración mental producida por mucho ruido o imágenes demasiado fuertes capaces de alojarse en nuestro cerebro y aparecer con otras circunstancias a través de nuestros sueños.
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